Este sábado estuve en Irache y Estella.
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Fuimos a hacer una visita a las bodegas del Monasterio de Irache, hacía una día muy agradable para poder pasear y hacer un buen recorrido, aunque bien es cierto dentro de la bodega hacía bastante frío.
Nos explicaron la historia de la creación, que es la cuarta generación la que está llevando las bodegas, nos enseñaron las instalaciones y lo mejor de todo, una cata de vinos con su explicación, no salí una experta, pero cero que a partir de ahora veré el vino de otra manera.
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Por si os gusta el vino y no tenéis muy claro cuáles son las temperaturas a las que hay que consumirlo, os lo voy a recordar. El vino blanco debe servirse frío, de la nevera que suele ser unos 6º, el vino rosado igual que el vino blanco debe beberse frió pero éste soportaría hasta una temperatura de 8º pero no más caliente. Y el vino tinto, debe sacarse a la mesa a una temperatura de 16º para que durante la comida llegue a los 18º.
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También es muy importante como lo cuides, es decir, depende mucho del sitio donde lo tengas que el vino dure más o menos. Debes tenerlo en un lugar en el que la temperatura sea constante, que no tenga grandes oscilaciones de temperatura.
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Si os gusta el vino, os recomiendo que vayáis a esta bodega, quizá penséis que vista una vista todas, puede pero esta tiene una larga historia y la ubicación en la que se encuentra merece la pena ver y disfrutar. Además como dato curioso tenéis una fuente de vino (la podéis ver en la foto) en la que antes de marcharos podéis echar un trago, eso sí, si conducís no bebáis.
Sábado 18 febrero 2017

En la cata nos enseñaron a distinguir un vino de reserva de un tinto normal, a través de la herradura que se forma al tumbar la copa y del color oscuro que se coloca en medio cuando mantienes la copa de esa forma, también la cantidad de glucosa (la gota) que tiene el vino y los diferentes olores que tiene según en la barrica en la que ha estado, pero siendo sincera creo que no tengo un gran olfato porque tantos olores no conseguía apreciar.
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Después de la visita junto con la cata y tras la comida, nos dirigimos a Estella, había leído que había un parque que merecía la pena conocer y no me podía perder. Se trata del parque de los desvelados, conocido también como el parque de las calaveras.
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Después de una larga ruta, perdidos entre la vegetación mientras Google Maps nos decía que habíamos llegado a nuestro destino, eso sí, sin encontrarlo, al final dimos con el. Abrimos la puertecita de verja negra que había y entramos allí. Había como 4 calaveras, explico que éstas están elaboradas como con telas, mallas y palos, son muy curiosas y originales y la verdad es que mereció la pena la ruta a pié hasta allí para poder observarlo con nuestros propios ojos. Así que si tenéis previsto un viaje por Estella o cerca de allí no dudéis en acercaros a verlo.
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Me gustó mucho la frase del creador de estas figuras así que me despido con ellas, eso sí, no sin antes poner una foto de ellas para que podáis verlas y hacernos una idea.

"Todos somos calaveras por dentro. Mucha gente se asuta. Pero señora, hágase una radiografía y verá lo que lleva dentro; es el destino del ser humano", D. Luis García