TEMPLO BUDISTA - PANILLO
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Estáis preparad@s para adentraros en un mundo lleno de paz, relación, silencio... Si es así estáis de suerte y no sólo por lo que os voy a contar a lo largo de estas líneas sino porque si eres de España, lo tienes aquí al ladito. La verdad que parece que me haya trasladado hasta el Tibet pero en realidad estoy en un pueblo aragonés, Panillo.
Salimos por la mañana rumbo Panillo y la verdad que tengo la suerte de ser de esta comunidad autónoma por lo que en un par de horas estábamos allí. Pero os digo que aunque no seáis de aquí, merece la pena que os trasladéis.
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Nada más llegar y aparcar en el parking de tierra que tienen nos disponemos a subir unas escaleras que dan acceso al interior del espacio. Una vez dentro nos sorprende la imagen ascendente de un templo con sus colores brillantes, llamativos y un blanco nuclear.
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Seguimos avanzando hasta entrar en el primer espacio en el que según cuentan si giras alrededor de la estructura granate en el sentido de las agujas del reloj hasta que suena una campana y entonces todas tus cargas negativas desaparecen. (El lugar que estoy describiendo hace referencia a la última imagen del collage).
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Tras habernos liberado de todas las sensaciones malas, continuamos la visita. En esta ocasión entramos al Templo, eso sí, lo primero de todo descalzarnos en la puerta. Dejamos los zapatos en la entrada y pasamos al interior, una vez dentro sólo hay silencio, el suelo es de madera (cosa que se agradece) y hay unos cojines en las esquinas pegadas a la puerta de entrada para que puedas sentarte en ellos en lugar de en el suelo.
Las paredes son de colores, encontramos azul, verde, naranja, amarillo... y una escultura con flores naturales a sus pies, (se puede ver la imagen).
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Un rato ahí dentro, en silencio y únicamente pensando en nuestras cosas te hace levantarte con otra visión del mundo; así que nos ponemos en pie y salimos al exterior, volvemos a ponernos los zapatos y seguimos avanzando.
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Ahora y como no podía faltar en esta gran experiencia, vamos a la zona de la imagen de los cilindros, en los que como en todo el templo y en todas las cosas que tienen movimientos, debes hacerlos siguiendo las agujas del reloj, por lo que recorremos el cuadrado lleno de estos cilindros haciéndolos girar en el sentido del reloj.
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Y bueno una vez renovadas nuestras energías y nuestros buenos propósitos nos dirigimos hacia la salida donde nos encontramos con esta entrada espectacular (segunda imagen), volvemos a los coloridos, a los detalles y a las grandiosidades realizadas a través de la pintura.
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No me queda nada más que añadir, salvo que vayáis, os lo recomiendo y seguro que además de eliminar las cargas negativas volvéis satisfechos por la experiencia.
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